A unos pocos kilómetros de la preciosa ciudad de Cracovia, aproximadamente a una hora y media en coche, se encuentra uno de los lugares no solo más siniestros de toda la Segunda Guerra Mundial, sino de toda la historia de la humanidad, ya que habla de los horrores que puede llegar alcanzar la condición humana.
Un poco de historia
El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau es mundialmente conocida por su terrible pasado, posiblemente el lugar donde más personas han perdido la vida en un mismo sitio.
El campo fue abierto un 20 de mayo de 1940 inicialmente para acoger a presos políticos, polacos y sobretodo prisioneros del ejército soviético que cayeron presa de los nazis en los primeros meses de la campaña contra la URSS. Las buenas perspectivas que tenían los jefes nazis sobre el desarrollo de la guerra, les hizo pensar que necesitarían un campo mucho más grande para poder dar cabida a todos los soldados soviéticos que harían presos así que construyeron Auschwitz II o Birkenau, este fue el campo que albergó más prisioneros y donde se cometieron por ende, las mayores atrocidades de esta fábrica de muerte.
A medida que fue avanzando el tiempo, la locura nazi de exterminar a todos los judíos llenó el campo de concentración de dichos prisioneros, muchos de ellos fueron ejecutados nada más llegar, otros eran forzados a trabajar hasta la muerte en duras jornadas de trabajo como esclavos. La gran mayoría de niños, impedidos física o mentalmente o embarazadas eran ejecutados nada más llegar al campo en las terribles cámaras de gas. Pero el terror se aplicaba de todas las maneras imaginables, por ejemplo, había una prisión en el propio campo para aquellos que se atrevieran a hacer cualquier acción subversiva, muchos de estos eran condenados a morir de hambre en una prisión diminuta de la misma prisión o eran fusilados en un juicio sumarísimo aplicado por jueces de la Gestapo. También utilizaban muchos presos para experimentar con ellos, de este modo los doctores les aplicaban gasolina en el corazón o cualquier otra bestialidad que a los científicos del Tercer Reich se les ocurriese.
Las acciones combativas dentro del campo se limitaron a poder decir al exterior lo que estaba ocurriendo dentro del campo, se sabe que las noticias de estos campos de exterminio llegaron a Londres en 1940 pero los aliados no supieron hacer nada correcto con esta información, ya que no lograron evitar la masacre.
Como bien sabéis el campo fue liberado por las tropas soviéticas en enero de 1945. Cuando las tropas comunistas entraron al campo no pudieron soportar aquello que veían, hombres y mujeres esqueléticos, andaban en busca de comida. Ni siquiera reaccionaron cuando les dijeron que les habían liberado, lo único que querían era comer, prácticamente habían perdido todo rastro de humanidad. En el siguiente enlace podéis leer el testimonio de la primera persona que entró para liberar el campo de concentración y cuales fueron sus impresiones.
Datos relacionados con la visita
La visita a los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau, es una de las »atracciones estrella» de toda Polonia, y si vas en Semana Santa o en plena temporada turística más vale que reserves con antelación, porque nosotros casi nos quedamos sin poder ir. Para visitar el campo puedes contratar una excursión que incluye el transporte o hacerlo por tu cuenta. Ten siempre presente que aquí es muy recomendable que contrates un guía porque de lo contrario perderás muchos matices y detalles que enriquecen de forma esencial la visita. La manera más barata de visitar con guía este campo de concentración es comprar el ticket en la página oficial (enlace haciendo click), puedes elegir el tour en español, normalmente empieza a las 12 y además no vale más de unos 13€ con guía incluido.El tour te va a llevar tranquilamente unas tres horas y media y primero visitarás el campo de Auschwitz y luego Auschwitz o Birkenau.
Piensa que lo que vas a ver es una pequeña porción de todo este enorme complejo. Estos campos de concentración tenían a su vez otros numerosos subcampos y existía también Auschwitz III. Recuerda que Auschwitz fue el campo de concentración más grande y más bestia, ya que aquí venían a parar prisioneros de toda Europa, desde Francia, hasta Noruega, pasando por Rusia, Ucrania, Polonia, España, Italia, Bulgaria, Holanda…
Seguramente cuando estés realizando la visita, tendrás la sensación de que tu guía va a todo trapo sin dejarte respirar de un lugar a otro, estate tranquilo/a, ya que es normal. El espacio que se debe abarcar es enorme y el tiempo es muy pequeño así que todos los guías hacen el mismo recorrido a la misma velocidad, no es que te haya tocado el malo.
Aproximadamente a mitad de las tres horas, acabaréis de ver Auschwitz I y cogeréis un coche que os llevará a Auschwitz II, este transporte no sé como lo hacen los grupos que van por libre, ya que nosotros lo hicimos con una excursión contratada desde nuestro hotel puesto que las excursiones por libre estaban completamente agotadas a una semana y media antes de visitar el país. Supongo que pondrán un autocar, porque en Auschwitz II o Birkenau, tuvimos al mismo guía así que el guía estará con vosotros durante toda la visita. Nosotros tuvimos que contratar la excursión en inglés porque era lo único que quedaba. Nos tocó un chico polaco joven muy agradable, se le veía una persona humilde y realmente se emocionaba explicando los horrores del campo. Hablaba un inglés perfecto y muy claro, lo que me permitió ir traduciendo simultáneamente a mi mujer y mis padres que venían conmigo, aunque como bien sabéis en la traducción siempre se pierde información, ya que era mucha la que nos iba dando.
Visitando el campo podréis ver imágenes que habréis visto en cientos de películas, desde las alambradas antes electrificadas, como la terrible entrada con el eslogan en alemán Arbeit macht frei (el trabajo os hará libres) o las vías del tren entrando en Birkenau. También podrás ver un vagón original que transportaba a los prisioneros. Pero el lugar más terrible que pude llegar a ver fue las cámaras de gas y crematorio que se conservan en Auschwitz I.
En su huída desesperada, una vez veían que la guerra estaba perdida, los alemanes buscaron destruir las cámaras de gas así como los documentos que los señalaba como verdugos de esta carnicería. Por ello las mayores cámaras de gas de Auschwitz II están destruídas y solo se conservan las ruinas tal y como los nazis las dejaron. Pero en Auschwitz I quedó un crematorio en pie. Este sobrevivió porque sobre el 1943 pasó a ser un bunker donde los propios nazis se escondían para evitar ser golpeados por los bombarderos enemigos. Así que esta es la razón por la cual la cámara de gas y crematorio convertido en bunker, sobrevivió y hoy podemos visitarlo. Al entrar hay un monolito que simula una tumba escrita en ebreo y se pide respeto máximo ya que aquí murieron cientos de miles de personas. El sitio es desgarrador y puedes ver las marcas de uñas en las paredes de las personas que intentaban salir. Una vez visitada esta estancia pasas a los crematorios otro lugar fúnebre. Si tienes un mínimo de empatía este sitio te quitará la respiración. Aquí os dejo las fotos.
Una vez visitado Auschwitz I, visitamos Auschwitz II o Birkenau, como ya he dicho, en nuestro caso volvimos a la van que compartíamos con otros turistas y en menos de diez minutos ya estábamos delante de una de las imágenes más famosas de todo Auschwitz, la entrada con las vías del tren en mitad de la torre de guardia. Como ya he dicho aquí también tienen un vagón que sirvió para hacer los traslados de los prisioneros a los campos. El chico nos comentó que las condiciones como bien sabemos eran tan malas en los trenes, que cuando llegaban a Auschwitz y por fin podían estirarse se sentían aliviados, desde luego no sabían dónde habían llegado.
Una vez fuera del tren, los prisioneros eran organizados entre aptos y no aptos para trabajar. Los guardias de seguridad miraban su edad y su estado de salud, bien podéis imaginar que aquellos que no estaban aptos para trabajar, eran conducidos a las cámaras de gas y exterminados inmediatamente. Cabe decir, que los prisioneros no sabían que iban a ser ejecutados y la puesta en escena de las cámaras de gas era muy teatral cuando llegaban los hacían bajar para darse »una ducha».
Pensar también que iban acompañados de otros familiares que les decían »sigue la corriente y no hagas nada estúpido», además la idea de ducharse después de tantas horas en tren era muy halagadora. Cuando llegaban a los vestuarios para dejar su ropa normalmente encontraban carteles que decían »por favor, recuerda donde dejas tu ropa para recogerla luego» (sí, eran así de perversos), de esta manera, solo cuando entraban en la sala de gas los últimos prisioneros, los que ya estaban dentro se daban cuenta que allí no se iba a duchar nadie porque no cabían, así que los últimos eran obligados a la fuerza a entrar y cerraban la cámara. Entonces es cuando soltaban el gas zyklon b que exterminaba a todos los prisioneros en unos 20-25 minutos aproximadamente. Se dice que estás cámaras podían matar al día unas 11.000 personas tan solo en Auschwitz II y había más de una. Una vez muertos, se los llevaban al crematorio.
A medida que avanzó la guerra, los crematorios no daban a basto y tuvieron que quemar los cuerpos al aire libre directamente. Se sabe perfectamente donde se realizaba esta »actividad» y además al lado había un pequeño edificio (hoy en ruinas), donde otros prisioneros acababan de partir y romper los huesos que no se habían descompuesto lo suficiente como par a ser polvo y cenizas. Imaginaos tener que trabajar en eso durante años. Después visitamos los barracones donde estaban los niños y también nos hicimos una idea de las malas condiciones en las que vivían.
Para cuando el ejército soviético entró en Auschwitz, sus dirigentes habían huido, aunque los crematorios estuvieron funcionando hasta un día antes de la liberación. Rudolf Hoess fue el máximo responsable del campo durante una gran parte de su funcionamiento, después fue destituido por el propio Himmler porque consideraba que se habían llevado a cabo prácticas »corruptas» dentro del mismo. Cuando acabó la guerra consiguió escapar, pero finalmente fue detenido por el servicio secreto británico en Gottrupel (Alemania), donde se había hecho pasar como un soldado de la marina alemana y se dedicaba a las tareas del campo. Una vez capturado, fue utilizado por los aliados para sentenciar a muerte a los jefes nazis inmersos en los Juicios de Nuremberg al acabar la guerra. Cumplida esta tarea, fue extraditado a Polonia donde fue sentenciado a muerte. Curiosamente murió ejecutado en Auschwitz, en un lugar muy cercano a la residencia que él tenía junto a su familia dentro del mismo campo. Los aliados le construyeron una orca exclusivamente para él y allí fue ejecutado. Hoy en día aun se mantiene en pie y puedes verla en esta foto.
En las memorias que el mismo pudo escribir mientras esperaba su juicio dejó recogidas las siguientes palabras: »Por voluntad del Reichsführer de las SS, Auschwitz se convirtió en la mayor instalación de exterminio de seres humanos de todos los tiempos. Que fuera necesario o no ese exterminio en masa de los judíos, a mí no me correspondía ponerlo en tela de juicio, quedaba fuera de mis atribuciones. Si el mismísimo Führer había ordenado la solución final del problema judío, no correspondía a un nacionalsocialista de toda la vida como yo, y mucho menos a un Führer de las SS, ponerlo en duda.»
Finalmente me gustaría acabar esta entrada haciendo una reflexión parecida a la que nos hizo nuestro querido guía por este paraje terrorífico. Las personas que llevaron a cabo este plan, las que lo ejecutaron y las que ayudaron a ponerlo en funcionamiento y mantenerlo, no fueron seres extraordinarios, sino personas como nosotros. Para construir y mantener un campo de concentración de tales dimensiones hicieron falta miles de personas y ni la mitad eran del partido Nacional Socialista Alemán (nazi). Ello quiere decir, que todos fueron responsables de alguna manera, ya sea por su participación activa o por mirar a otro lado. Estos campos sembraron una tiniebla en el corazón de los hombres y mujeres que vivieron la época de postguerra. Un aire de desconfianza tiñó al mundo y no sé si aún lo hemos podido superar. Si la humanidad fue capaz de tales atrocidades ¿En qué lugar nos deja como especie en el mundo? ¿Qué principios hemos dejado a nuestros nietos? ¿Seremos capaces de repetir algo así? Quizás, para evitar que vuelva a suceder, hace falta que este sitio perdure en la memoria de todos.