Bolonia es una de las ciudades más interesantes que ofrece el norte de Italia. La capital de la Emilia-Romaña es todo un ejemplo de historia, cultura, modernidad y calidad de vida. Desde la Edad Media, esta ciudad experimentó un enorme crecimiento y ofrece un aspecto característico único, donde las torres y los soportales son algunos de los elementos más recurrentes que podremos encontrar.
¿Cómo llegar y moverse por Bolonia?
Llegar a Bolonia desde otro país es bien fácil y barato. Muchas compañías ofrecen vuelos directos low cost.
Moverse por Bolonia es realmente fácil, una vez llegas al aeropuerto lo mejor es tomar algún autobús que te lleve al centro de la ciudad, tarda unos 25 minutos y el ticket lo puedes comprar justo al salir del pequeño aeropuerto. No tiene ninguna pérdida.
En mi caso me alojaba muy cerca de la estación central. Es una buena opción si quieres después dedicar algunos días a visitar otras ciudades italianas. Entre la estación central y el centro de Bolonia tienes unos 15 minutos de paseo.
Bolonia no es una ciudad excesivamente grande y aunque te puedes mover en autobús, prácticamente puedes desplazarte a pie a casi cualquier lugar. Además utilizando los soportales no te dará el sol y podrás caminar fresquito degustando un buen helado. Compré un boleto de diez viajes y luego no lo rentabilicé en absoluto. No lo recomiendo.
¿Qué ver en Bolonia?
La Piazza maggiore: Es el punto neurálgico de Bolonia, lugar de reunión de turistas y habitantes de la ciudad. Aquí podemos encontrar edificios importantes. Como por ejemplo la filmoteca y la basílica de San Petronio.
Fuente de Neptuno: Justo en la misma piazza maggiore esta escultura que tiene una historia curiosa detrás. La estatua fue promovida por Carlos Borromeo, un cardenal del siglo XVI que quiso reordenar la plaza y fue hecha por un artista llamado Juan de Bolonia.
Para el Cardenal, Neptuno, en su figura de dios clásico, debía representar la protección del papa al nuevo gobierno electo. El caso es que Juan de Bolonia quería hacer un Neptuno con un miembro viril de proporciones bíblicas. Evidentemente le cortaron las alas y le dijeron que de pene enorme nada de nada, pero hecha la ley hecha la trampa. El artista diseñó la figura en una posición tal que desde una baldosa en concreto de la plaza que está de color negro, podrás ver que su dedo pulgar izquierdo, ofrece una perspectiva que dota a Neptuno de un miembro digno del Coloso de Rodas. Como siempre el humor italiano es bien recibido por los viajeros que se divierten haciendo fotos a la escultura desde dicha posición.
Basílica de San Petronio: Construida en el siglo XIV, es la quinta iglesia más grande del mundo. De hecho, el proyecto original de esta basílica gótica abarcaba unas dimensiones aún más grandes, pero su construcción fue bloqueada por el propio papa que se negaba a ver que una iglesia fuera más grande que la propia basílica de San Pedro en Roma. En esta basílica fue coronado como emperador Carlos V en 1530 por el papa Clemente VII.
La entrada a la basílica está vigilada siempre por un dispositivo policial desde 2002, porque un grupo islamista amenazó con atentar contra el edificio sagrado. ¿Por qué? Bien, hay un fresco en la cuarta capilla pintado en el siglo XV por Giovanni de Modena donde sale representado Mahoma en el infierno, siendo castigado por Satanás. Como ya sabéis cualquier representación del profeta está prohibida así que estos radicales la tomaron contra la basílica y por ello, es un objetivo terrorista constante.
Torres de Bolonia: Aunque hoy en día no lo parezca, durante los siglos XII y XIII se construyeron más de 100 torres dejando un aspecto de Bolonia muy diferente a la actual. Si mirásemos una representación de la ciudad de la época la ciudad estaba llena de torres parecía una especie de Nueva York de la época. Actualmente conserva pocas torres, las más representativas son:
La torre Garisenda y la torre Asinelli son las dos más famosas que aún hoy continúan en pie, aunque la primera tiene un grado de inclinación con respecto a la vertical de 3,2 metros; el grado de inclinación de la segunda es de 1,3 metros.
La Asinelli, la más alta, tiene una altura de 97,6 metros. En el momento de su construcción no superaba los 60 metros, siendo ampliada posteriormente. Durante el siglo XIV pasó a ser propiedad de la ciudad, siendo destinada sucesivamente como fortaleza y prisión.
Por su parte la Garisenda mide 48 metros. En el momento de su construcción medía 60 metros, pero en el siglo XIV fue recortada a causa de que el terreno donde había sido construida estaba cediendo. La torre Garisenda es famosa por haber sido citada por Dante Alighieri varias veces, tanto en la Divina Comedia como en sus Rimas.
Archiginnasio: Es el edificio histórico de la Universidad de Bolonia. Tres cosas muy características de este edificio del siglo XV. Por un lado los escudo de las familias más adineradas que han querido dejar su escudo en las paredes interiores del edificio. Por otro lado, el teatro anatómico, era la sala de prácticas médicas donde los estudiantes de medicina podían observar las partes del cuerpo humano y finalmente una preciosa biblioteca que alberga ejemplares de todo tipo de ciencias y saberes. Por todo ello, considero que su visita es imprescindible, la entrada no es cara, no llega a los cinco euros.
Iglesia de San Esteban: Denominado el complejo de las siete iglesias es una segunda iglesia más importante de Bolonia después de la Basílica de San Petronio. Es un punto indispensable de tu visita a Bolonia y podrás ver una arquitectura sin igual. Antes de entrar gozarás con la localización, dado que la iglesia se haya en mitad de una plaza empedrada preciosa donde los turistas y locales se sientan en las terrazas a tomar algo.
Santuario de San Luca: Es una mini excursión que puedes realizar cuando tengas una mañana o una tarde libre. Puedes ir andando o tomando un trenecito que sale desde la misma Piazza Maggiore, muy cerca del edificio histórico de la Universidad. ¿Merece la pena visitarla? En mi opinión sí merece la pena, por el paseo que tiene y porque una vez llegues allá podrás contemplar una de las mejores vistas que ofrece toda la ciudad. El camino no es tan largo, pero se me hizo bastante duro porque lo hice al mediodía en pleno agosto. Se dice que hay 666 arcos, y que por ello la iglesia puso una virgen al final del largo recorrido.
Pasear por el centro de Bolonia y los soportales: El auténtico placer de Bolonia es perderse por su entramado de calles y soportales y descubrir lugares únicos. Se respira cierto aire internacional juvenil y gamberro propio de una ciudad con tanto público universitario. De todas las ciudades italianas que he visitado, es una de las más encantadoras. No precisas coche y el centro está pavimentado para el paseo de los peatones. Dejo fotos al final de esta entrada con una pequeña selección que hice.
Canales de Bolonia: Los canales están muy tapados pero existen y hay un lugar donde puedes verlos a través de una ventana.
Excursiones externas desde Bolonia: Bolonia es una ciudad que está muy bien conectada a través del servicio de trenes que conecta las principales ciudades italianas, mi experiencia fue bastante positiva, fácil de usar, son puntuales y no especialmente caros, por lo tanto, puede ser una buena alternativa si decides no alquilar coche y librarte de ataduras innecesarias.
De todas las opciones que la posición estratégica de Bolonia ofrece, me decanté por visitar Florencia y Ravenna. Dedicaré un capítulo a hablar de esta última ciudad que tiene mucho por ofrecernos. A Florencia ya había ido hace años, pero mereció la pena volver a ver esa encantadora ciudad, una de las más bonitas que haya podido visitar jamás.
Hasta aquí la entrada de hoy, seguiremos con más aventuras, dejo aquí algunas fotos más y ¡gracias por leernos una vez más!