Kioto, la ciudad de los mil templos

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Planear una visita a Kioto es empezar a pensar en templos, ryokans, tradición, geishas, espiritualidad… El Japón más tradicional convive con una ciudad moderna llena de vitalidad y actividades diarias, en este segundo viaje a Japón, fue nuestra visita favorita.

Aunque Kioto sea una ciudad más pequeña que otras macro ciudades como Osaka o Tokio, Kioto tiene muchos lugares de interés. Kioto fue la antigua capital de Japón durante más de mil años. Además tiene una enorme ventaja sobre otras ciudades japonesas, Kioto no sufrió bombardeo alguno durante la Segunda Guerra Mundial y por ello, sus edificios cuentan con siglos de historia, se han podido mantener tal y como fueron construidos, inalterados en el tiempo.

La primera impresión de Kioto cuando llegues por primera vez después de activar tu Japan Rail Pass (unas 4 horas en tren desde Tokio) quizás te decepcione. Nada más bajarte en la gran estación central de Kioto, verás una ciudad moderna y perfectamente adaptada al siglo XXI. Aunque puedas llegar a pensar que te han vendido la moto y que allí no hay nada del Japón tradicional, no desesperes. Kioto es una ciudad que se descubre poco a poco, a medida que vas adentrándote en sus barrios, sus templos y sus parques.

Nada más llegar a la ciudad y descargar las cosas en el hotel, visitamos uno de los templos más famosos de la ciudad y también de Japón, Kiyumizu-dera. Es muy posible que este templo os suene porque muchas veces es portada de muchas guías de viajes, siendo una de las imágenes más reconocidas de todo Japón. Recuerdo que hacía muchísima calor pero ello no nos asustó y decidimos hacer la visita.

Para llegar al conjunto de templos que forman Kiyumizu-dera, hace falta subir por una calle comercial muy animada donde podrás encontrar tiendas de todo tipo. Es un buen momento para comprar regalos para la familia si tienes pensado hacerlo. Muchos japoneses y las japonesas se visten de gala con sus kimonos para pasear camino al templo, cosa que puede llegar a sorprender, porque es tan típico que piensas que jamás verías a gente vestida con kiomono paseando por la ciudad, pues sí. En Japón pasear con kimono es una forma elegante de quedar con tu pareja y dar una vuelta, las japonesas son muy coquetas y les encanta vestirse de gala para visitar los templos o simplemente dar un paseo. Es como ser un extranjero que visita España y de repente empieza a ver a gente vestida de sevillanas y trajes folklóricos…

Kiyumizu-dera es un conjunto de templos fundado en 798 d.c. que se sitúan sobre una colina ofreciendo un mirador perfecto para poder contemplar la ciudad de Kioto. Aquí también encontrarás las famosas tres fuentes. Puedes hacer una pequeña cola para poder beber de una de las tres fuentes recogiendo un poco de agua con un pequeño cazo a disposición de los turistas. Se dice que una de las fuentes sirve para el amor, otra para los estudios y otra para la salud, así que ya sabes elige bien lo que quieras. La primera vez que fui elegí los estudios y no me fue mal, así que esta vez decidí beber de la fuente del amor y en menos de un año Susana y yo nos casamos! Empiezo a sospechar que quizás esto de la fuente quizás funcione en verdad… 🙂

Una vez has entrado en contacto con el Japón tradicional, puedes dirigirte a uno de los templos más famosos que podrás encontrar en todo Kioto, el famoso templo dorado cuyo nombre es Kinkaku-ji cuya imagen seleccioné para esta misma entrada. El templo dorado esta rodeado de un precioso parque, las entradas por lo general en Kioto no suelen ser muy caras y dependen del grado de importancia del templo que quieras visitar. Se dice que el templo dorado quiere recrear el nirvana, el paraíso budista que uno puede llegar cuando rompe con el ciclo de reencarnaciones. Nirvana o no, cabe decir que la puesta en escena es preciosa y es una visita imprescindible si visitas Kioto. Ya que estás por la zona, también puedes visitar el jardín zen más famoso del mundo conocido como Ryoan-ji, esta justo al lado de Kinkaku-ji.

Visitar Kioto supuso una dificultad para mí, teníamos 4 días y Kioto tiene muchísimo por ver, así que vas a tener que descartar templos o visitas. Algunos de ellos los puedes visitar en una misma mañana si madrugas y aprovechas el tiempo. Ten en cuenta que la gran mayoría de templos cierran entre las 17:00h o las 18:00h, así que tienes que planificar bien tu ruta. Te aconsejo que una vez hayan cerrado los templos, aproveches para visitar el barrio de las geishas Gion. Es una visita típica dentro del circuito de la ciudad y aunque te va a ser prácticamente imposible ver una auténtica geisha puede que si tienes paciencia puedas ver una maiko (aprendiz de geisha). Cabe decir que las geishas no son prostitutas, son mujeres que desde muy pequeñas son entrenadas de forma muy estricta en los artes de la música, los malabares y entretenimientos varios. Su oficio principalmente es acompañar y amenizar las fiestas de gente poderosa que puede permitirse su compañía.  Como ya te digo, ver una es casi imposible, te sientes como un paparazzi esperando que salga la famosa de turno para poder captarla con tu cámara. Ellas normalmente pisan muy poco la calle, rápidamente se meten en un coche de lujo que las espera en la puerta. Igualmente visitar el barrio de Gion por la noche es muy recomendable. Su aspecto tradicional te hace volver unos siglos atrás en el tiempo, además puedes degustar la rica comida local por uno de los cientos de restaurantes que hay por la zona.

Otra de las recomendaciones que me gustaría darte es que reserves el hotel con bastante antelación sobretodo si vas a ir en verano. Kioto es una ciudad muy turística y el precio del alojamiento se dispara. Nosotros estuvimos en un hotel de habitación compartida pero estuvo muy bien porque podías echar tu cortina y nadie te veía, era la primera vez que viajando los dos juntos habíamos elegido un hotel con habitación compartida pero fue todo genial. Además recomiendo que el hotel esté lo más cerca de la estación central de Kioto porque si tienes el Japan Rail activado seguro que lo utilizar para hacer visitas a las afueras de Kioto como Fushimi Inari Taisha o Nara. Dentro de la ciudad te puedes mover en autobús, sus líneas te llevan a todas partes de la ciudad y la estación central de buses está justo enfrente de la misma estación central de trenes de Kioto.

De buena mañana y para salir un poco del centro de la ciudad, decidimos visitar el bosque de bambú, una de las fotos más famosas de Kioto. Arashiyama es una zona justo fuera del centro de Kyoto, también conocida como Sagano. Esta zona de la ciudad tiene varias visitas importantes. Para empezar puedes visitar un precioso templo zen conocido como Tenryuji y después visitar el famoso parque con el bosque de bambú situado muy próximo a Tenryuji.

Si sigues caminando por la zona podrás ver un precioso puente conocido como el puente que cruza la luna o Togetsukyo. Más allá del puente está una de las visitas que más ilusión nos hacía, que era el Kioto Monkey Park. A Susana y a mí, nos encantan los animales y tenemos especial predilección por los monos aunque no te puedas fiar un pelo de ellos. Tienen algo que nos hace gracia y siempre que visitamos un país si tienen monos no perdemos la ocasión y los vamos a ver.

Monkey Park quizás no salga en todas las guías y no esté dentro de la ruta tradicional de Kioto, pero a nosotros nos encantó y si tienes tiempo de sobra en Kioto no dudes en pasarte por allí. La visita puede resultar un poco pesada si ese día hace mucha calor como a nosotros nos pasó. Después de pagar una entrada no especialmente barata, deberás subir una montaña, no es especialmente duro el camino pero precisa de buenas piernas y ganas de caminar durante 30 minutos. Además por el camino te puedes encontrar pequeñas serpientes que saltan sobre el camino como nos pasó a nosotros, ten cuidado parece ser que son venenosas.

Una vez llegues arriba hay una pequeña explanada de tierra llena de monos que campan a sus anchas y pasan al lado tuyo. Estos animales viven en libertad pero suelen ir a la zona porque les
dan de comer y además nadie les hace daño. No suelen ser peligrosos pero recomiendan que no les mires directamente a los ojos o pueden ponerse agresivos ya que lo interpretarán como una amenaza. A parte de verlos corretear por la zona y hacer sus clásicas monerias que divierten al público, puedes meterte en una casa que tiene las ventanas con rejas y allí puedes darles de comer en la mano. Los monos se las saben todas y acuden a las ventanas, extendiendo sus bracitos para que tu le des en la mano manzanas o frutos secos. A nosotros nos gustó bastante la visita y te van a quedar una fotos la mar de monas. 🙂

Describir todo lo que puedes visitar en Kioto es largo y tedioso, además no te aportaré más información de la que vas a encontrar en las clásicas guías, pero aquí van otras recomendaciones que no debes dejar escapar si estas por Kioto:

El paseo del filósofo. Un agradable paseo a lo largo de un riachuelo que cuentan que un profesor de filosofía hacía cada día camino a la escuela.

Pontocho. Calle tradicional muy cerca de Gion. Recomendable la visita por la tarde-noche.

Okochi Sanso Garden. Uno de los jardines tradicionales más bonitos de Kioto.

Sansusangen-do. Un templo que contiene más de mil figuras Kannon, se visita rápido y merece mucho la pena.

Castillo de Nijō. Un castillo de la época del clan Tokugawa siglo XVII.

Para acabar me gustaría hablar de la visita que hicimos al templo de Fushimi Inari Taisha. Está a las afueras de Kioto y debes pillar el tren para llegar, se llega en un momento y con el mismo Japan Rail Pass puedes ir sin coste alguno. Creo que fue la visita que más me gustó de todo Japón, no solo por el escenario en sí mismo sino porque nos calló la noche y casi nos perdemos. Vamos que fue una pequeña aventura que disfrutamos bastante.

Este templo tiene dos ventajas sobre todos los demás, la primera es que es gratuito y la segunda es que puedes visitarlo a la hora que quieras porque no tiene hora de cierre. Por lo tanto puedes aprovechar y ir por la tarde extendiéndote más allá de lo que harías en un templo con horario de cierre a las 17:00h. Nosotros llegamos sobre las 17:00h cuando quedaba una hora de sol y decidimos subir hasta arriba del todo. Fushimi Inari Taisha básicamente es una montaña que contiene más de mil toris (puertas de color naranja) agrupadas una tras otra creando largos pasillos de toris. Este templo ganó mucha fama después de salir en la película Memorias de una Geisha (2005). Mucha gente decide hacerse la clásica foto con los toris abajo de la montaña y ya está pero nosotros nos propusimos subir hasta arriba de la montaña. Calcular que subir arriba de la montaña puede llevaros más de hora y media y después tendréis que bajar evidentemente. A medida que fuimos subiendo se nos hizo de noche y la puesta en escena fue fantasmagórica, más cuando llegamos a los cementerios que contiene la montaña. Cabe decir que para mí todo esto tenía un encanto especial y me encantó, eso sí, no teníamos nada de visibilidad.

Muy cerca de la cima encontramos un precioso mirador con algunas personas, que al igual que nosotros habían decidido subir hasta arriba del todo, descansando y tomando aire. Una vez arriba del todo comenzó el descenso y aquí tuvimos algunas dificultades para encontrar el camino de regreso, encontramos muchos desvíos y bifurcaciones y finalmente nos acabamos perdiendo en mitad de la montaña de noche. Menos mal que otro grupo de turistas se había perdido y decidimos juntarnos para encontrar el camino de regreso, vivían en Francia pero habían nacido en Camboya. Era un grupo de dos chicas y un chico. Susana y yo nos pusimos a hablar con ellos. El chico me contó que había viajado por toda Asia y esta era la primera vez que visitaba Japón. La verdad es que fue una conversación muy agradable y hablamos sobre lo que pensábamos visitar cada uno y compartimos consejos. Finalmente encontramos el camino de regreso pero ellos decidieron quedarse en otro mirador, nosotros seguimos bajando para volver a nuestro hotel. Fue una visita fascinante y recomiendo hacerlo a la misma hora que yo hice, porque la zona cuando cae la noche tiene muchísimo encanto. Una vez visitada Kioto, al día siguiente decidimos dirigirnos hacía nuestra próxima parada que fue Miyajima.

 

 

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