Munich, la capital de Baviera

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Una de las razones por las que merece visitar el precioso estado de Baviera es por su capital. Símbolo de equilibrio entre tecnología y entornos naturales, la capital bávara además posee una historia interesante que la convierte en uno de los destinos más atractivos no solo de Alemania sino de toda Europa.

¿Cuántos días dedicarle?

A Munich se le pueden dedicar tranquilamente cuatro días si quieres verla más o menos bien, visitando sus museos y enormes parques. Igualmente si te gusta ir a un ritmo pausado quizás necesites un par de días más. Piensa que tiene parques inmensos donde puedes pasarte perfectamente medio día recorriéndolo y haciendo una parada por los famosos biergarten que encontrarás por la zona.

Si además, quieres hacer visitas a otros lugares del estado de Baviera o a Austria (Salzburgo), necesitarás dos o tres días más para poder completar tu visita. Se recomienda encarecidamente visitar el famoso Castillo del rey loco, en tejerutas ya hicimos una entrada previa explicando con detalle cómo llegar.

¿Cómo desplazarse por Munich?

El transporte puede llegar a ser caro. Si te vas a mover solo por la ciudad, puedes comprar tickets de un día o si lo prefieres puedes comprar hasta de tres días. Lo que pasa es que seguramente querrás salir fuera de la ciudad para visitar otros lugares y entonces tendrás que comprar el Bayern ticket que es más caro, aunque se puede compartir. Debemos ser críticos con el transporte en general de Baviera. Entre una cosa u otra, el transporte no nos salió nada barato y tampoco nos pareció tan magnífico como nos habían prometido. Trenes cargados de gente camino a Salzburgo, retrasos habituales, vamos que eso de la puntualidad alemana debe ser cosa del pasado. Ya se sabe, crea fama y échate a dormir.

El bayern-ticket es muy habitual y puedes comprarlo en cualquier máquina prácticamente de la ciudad que dispense billetes de metro, bus… Este ticket está especialmente pensado para moverte fuera de Munich, por toda Baviera en excursiones de un día y además te permite llegar a Salzburgo (Austria), gracias a un acuerdo que tienen con el país vecino. Además, te permite moverte por toda Munich en u-bahn, tranvía, metro, bus…

Si quieres saber todo lo referente al bayern-ticket puedes visitar la página oficial en este enlace.

¿Qué hacer en Munich?

Visita un biergarten: Visita obligada. Es lo que nosotros llamaríamos una terraza para tomar algo. Normalmente encontrarás algo para picar y cervezas, por supuesto. Los puedes encontrar por todos los lugares de la ciudad, pero son especialmente bonitos los situados dentro del Jardín Inglés, parque central de Munich del que ahora hablaremos.

Mercadillo de comida central de Munich (Viktualienmarkt): Esta justo al lado de la misma Marienplatz y aquí podrás encontrar todo tipo de comida, desde los clásicos frankfurts hasta comida ecológica, bañada (cómo no) por cerveza muniquesa. La especialidad de Baviera es la cerveza blanca, es tipo Paulaner o Franziskaner, ambas son de Munich, pero con el añadido que son de barril y más artesanales.

Plaza central de Munich (Marienplatz) y Nuevo ayuntamiento: Es el epicentro de Munich, desde aquí puedes recorrer todo el casco antiguo y visitar las iglesias más famosas. Además cada cierto tiempo la campana del Nuevo ayuntamiento realiza un teatro de marionetas que nos habla de la historia de Munich. Es un lugar imprescindible si visitas la ciudad.

Cervecería Hofbräuhaus: Es imprescindible pasar por aquí y hacer la foto. Se trata posiblemente de la cervecería más antigua del mundo (Siglo XVII) y es un lugar de culto para todos los muniqueses. De hecho, los socios tienen su propia jarra guardada con llave en las estanterías del local y hay una larga cola para llegar a ser miembro de ese club selecto. Cualquier persona puede entrar y tomar algo o comer, pero los socios siempre tendrán mesa reservada para ellos. Nosotros pasamos a hacer la foto, pero no nos quedamos a comer, vimos muy malas críticas en internet acerca de sus malos modales (típico lugar turístico que se ha echado a perder) y además estaba llenísimo, así que preferimos ir a otro lugar para beber y comer, que se eso en Munich hay de sobras.

Residenz: Como bien sabes Alemania es un estado Federal, eso implica que los estados que la integran tienen más o menos autonomía y pueden hacer y deshacer a su gusto. Esto viene dado porque en el pasado Alemania no era un país, sino un conjunto de territorios dominados por los príncipes. Los príncipes electores podían elegir a su emperador y éste siempre dependía de los príncipes para mantenerse en el poder. La posición del emperador no era absoluta y no podía dejar su trono a su hijo si los príncipes no lo consideraban oportuno.

Baviera tenía su propio príncipe y este vivía en la Residenz, un enorme y precioso palacio del siglo XV, más grande de lo que parece cuando entras, de estilo principalmente barroco y rococó. El precio de la visita son unos 7 euros y si quieres la entrada combinada con el tesoro, te saldrá por 11 euros.

Recorrido por la cuna del nazismo: Como seguramente ya sabéis, Munich fue la cuna del nazismo, pese a que Hitler no nació en Munich, sí que vivió aquí muchos años y fue aquí donde se inició el movimiento. Sin ir más lejos, en sus centenarias cervecerías Hitler dio algún que otro discurso y también se produjo el famoso golpe de estado fallido que casi le cuesta la vida. Si decides hacer un tour por Munich, seguro que el guía os dará cuatro o cinco referencias imprescindibles acerca del pasado nazi de la ciudad. Seguramente os hablará de la calle Viscardigasse, una calle que se tomaba para evitar tener que hacer el saludo nazi al símbolo instalado en Odeonplatz. Hoy en día se recuerda a estos »héroes» por una senda que simula ser de oro en la calle. También os pueden hablar de la Konigsplatz, lugar de referencia nazi, donde hicieron la quema de libros o importantes desfiles militares.

Iglesia de San Pedro: El estado de Baviera se mantuvo cristiano católico pese a la reforma protestante que afectó a gran parte del país. Ello caracteriza a la ciudad con sus enormes iglesias principalmente barrocas. Algunas de ellas tuvieron que ser reparadas después de la Segunda Guerra Mundial como esta iglesia. El principal atractivo de la visita es subir a la torre y poder contemplar las enormes vistas de todo del centro de Munich.

Puedes dedicar un día a visitar el tristemente famoso campo de concentración de Dachau, quizás no es tan espantoso como pueda parecer Auschwitz, pero que no te engañe su aspecto, fue el primer campo de concentración y el más duradero de todos. Por estas enormes instalaciones pasaron, torturaron y murieron miles de personas y hoy en día es un museo que vale la pena visitar.

Odeonsplatz: Cerca de la plaza central de Munich, esta una histórica plaza está coronada por dos enormes leones que vigilan cada movimiento que en ella se da. Lugar de paso o de encuentro de los ciudadanos, es otro lugar imprescindible si quieres visitar Munich. Pasarás por ella camino a la Residenz y en ella encontrarás una de las iglesias más queridas de todos los muniqueses de estilo barroco.

Westpark: Quizás no es el más famoso de los parques de Munich pero si que es nuestro favorito. Porque a parte de estar en una zona más apartada y tranquila de la ciudad, podrás disfrutar de edificios y jardines de estilo asiático (Taiwanés i Japonés) y ya sabéis lo que nos gusta Asia, así que no se puede pedir más. Se puede llegar fácilmente aquí con el metro y hay un pequeño lago en mitad del parque donde mucha gente viene a hacer barbacoas.

¡Hay más sitios que visitar en Munich, como el palacio Nypemburg o el campo del Bayern de Munich, pero estos lugares descritos anteriormente fueron nuestros favoritos. A  continuación dejamos una selección de fotos realizadas por nosotros mismos, si tienes alguna duda o sugerencia por favor ponte en contacto con nosotros y déjanos saber tu opinión, muchas gracias como siempre!

 

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