La visita a Nikko fue una de las más increíbles experiencias que tuve el Japón. Es visita obligada para cualquiera que visite el país del sol naciente y además esta a tiro de piedra de Tokio. ¿Qué más se puede pedir?
¿Cómo llegar a Nikko?
Una forma fácil de llegar es tomando el Shinkasen, hacia Utsunomiya. Una vez allí tomaremos el transbordo a la Nikko Line. Si tienes el JPR activado simplemente tendrás que pillar la línea y no tendrá coste alguno. Si en cambio no tienes aún el JRP activado como fue nuestro caso tendrás que pagar unos 15 euros aproximadamente. Se suele tardar aproximadamente unos 45 minutos en llegar. Una vez llegues a la estación central de Nikko, simplemente tendrás que tomar un autobús para un poco la montaña. Saber que autobus es y cuando bajarte te resultará de lo más fácil, simplemente tienes que seguir al ejercito de personas que vayan al igual que tu a visitar el lugar.
Nikko esta situado al norte de Tokio y supone uno de los lugares de peregrinaje más importante de los japoneses dada la antigüedad e importancia de los templos que contiene. Además estos templos están rodeados por un parque natural que embellece sin lugar a dudas el paisaje y le dota de un encanto especial.
La entrada principal a los templos vale unos 10€ y hay otra entrada para el templo de Nemuri-Neko que vale unos 5€. Creo que visitar todos los templos merece la pena porque tienen una belleza propia. Estos son los templos que podrás ver en Nikko Tosho Gu, Rinno-Ji, Futurasan-Jinja, Nemuri-Neko.
Por la zona también hay onsen (baños termales) para poder disfrutas, similares a los de Hakone que están cerca del Monte Fuji. Nosotros no fuimos porque ya teníamos pensado ir más adelante a un poblado osen llamado Yamanouchi.
También un poco alejado, está uno de los puentes más fotografiados de todo Japón. Nosotros aprovechamos para visitarlo una vez visto todos los templos de la zona. La fortuna nos sonrió y una vez allí, mientras hacíamos fotos al puente, vimos aparecer tres monos japoneses que venían del pueblo y se volvían para la montaña cruzando la carretera. Los seguimos un poco al igual que una pareja que también quedó impresionada por su presencia. La verdad es que fue nuestro primer contacto con los monos (el primero de tres) y estos no querían saber nada de nosotros. Un día haré una entrada sobre que hacer cuando ves un mono. Son animales simpáticos pero la regla número uno es no fiarte un pelo. Curiosamente uno de los templos de Nikko es famoso por contener los clásicos tres monos budistas. Un mono se tapa los ojos, otro la boca y otro los oídos, representando uno de los principios budistas más básicos. El mal ni se ve, ni se escucha ni se pronuncia, de esta manera el mal no se puede propagar.