La actual capital de Vietnam ofrece más de una sorpresa, entre ellas templos, parques y un buen puñado de edificios históricos que definen el pasado más reciente de Vietnam. Seguramente será tu primera toma de contacto con el país asiático puesto que su aeropuerto suele ser la puerta de entrada de los turistas que viajamos a Vietnam.
La primera toma de contacto para nosotros fue algo traumática. Llegamos por la mañana al aeropuerto de Hanoi y lo primero que nos sorprendió fue la escasez de personas que había allí, realmente nos pareció muy vacío para ser un aeropuerto internacional. Después de pasar por el rutinario control de pasaporte y pago de visado salimos fuera del aeropuerto, necesitábamos alguna clase de transporte que nos llevará a nuestro primer hotel y elegimos uno de los peores. Se ofrecieron un montón de conductores y elegí a uno que nos llevaría por 10$ a nuestro hotel. La furgoneta que nos llevó rápidamente se llenó de otros pasajeros vietnamitas que al igual que nosotros querían ir a algún punto del centro de Hanoi.
Mientras avanzamos por los exteriores de la capital pude ver lo desordenada, sucia, ruidosa y contaminante que era la ciudad a la cual acabábamos de llegar, la primera imagen no nos gustó nada, pero ya me imaginaba que el encanto de Vietnam no residía precisamente en sus ciudades. De repente la policía paró nuestra furgoneta, parece ser que era un transportista ilegal (nada fuera de lo corriente por esas tierras) y cantaba mucho con un par de guiris metidos en su coche. Nosotros nos empezamos a poner nerviosos aunque traté de disimular para que Susana no se preocupara en exceso. El conductor se fue a »dialogar» con el policía a una cafetería enfrente de nuestro vehículo. Dentro de la furgoneta había un hombre mayor, parecía irritado y decidió salir del coche para discutirse con el policía y el conductor, recuerdo que nos señalaba, no entendí absolutamente nada de lo que decían pero pude intuir que les estaba diciendo algo así como »terminar con este juego, tenéis un par de turistas asustados en mitad de Hanoi». Fuera lo que fuera, funcionó, el policía y el conductor volvieron al coche de nuevo, el policía le puso una especie de multa y pudimos seguir nuestro camino. El conductor estaba notablemente irritado, estaba claro que el tiro le había salido por la culata y decidió »pagarla con nosotros» nos dejó en el centro de la ciudad donde estaban todos los turistas pero no en nuestro hotel. Recuerdo que yo me cabree pero el tío nos echó prácticamente de la furgoneta. De repente aparecieron dos motoristas que se ofrecieron a llevarnos pero ni loco me iba a montar en una moto con lo mal que conducen y encima con una mochila gigante en la espalda. Así decidí mandarlos al garete y seguir por nuestro camino, Susana estaba realmente confusa y asustada. Paré una taxi y me dejé de inventos, éste nos llevó al hotel que curiosamente no estaba a más de dos o tres calles de donde nos había dejado el conductor de la furgoneta, pero allá las calles son un lío y no es fácil aclararse con el caos de la ciudad, el ruido y dos motoristas pesados ofreciéndose para llevarnos. Habíamos llegado a Hanoi y este viaje loco no había hecho más que comenzar.
La primera visita que decidimos hacer una vez relajados y ya instalados en nuestro hotel de Hanoi, fue visitar el templo de la Literatura. Su auténtico nombre es Van Mieu y fue construido en el año 1070 d.c. por el rey Ly Thanh Tong en honor a Confucio. Parece ser que este templo albergó la primera universidad de Vietnam allá por el 1076 d.c. Se dice que era una universidad muy dura y funcionó durante casi 700 años. Sobre unas tortugas de piedra están grabados los nombres de los mejores estudiantes unos 2213 nombres en total. Las tortugas son un símbolo de longevidad y cultura para los vietnamitas. Hay un total de 5 patios, uno de ellos lamentablemente fue destruido por las tropas francesas en 1947 cuando Vietnam luchaba por su independencia. El billete vietnamita de 100,000 dongs (unos 5€) toma como imagen este famoso templo. El templo se puede ver en una hora y media con tranquilidad. Pasear por sus jardines es una invitación al relax y la contemplación, realmente era lo que necesitábamos.
Lo más sencillo para moverte por Hanoi es simplemente tomar un taxi, los precios son ridículos en comparación a lo que vale en un país europeo y es lo más eficaz, rápido y seguro para moverte dentro de la ciudad. El tráfico de Hanoi es una locura y está lleno de motos, miles o más bien millones de motos circulan a todas horas por sus calles utilizando la bocina para abrirse paso incluso por encima de las aceras. Al principio puede resultarnos confuso e incluso molesto pero al cabo de tres días te acostumbras. Cruzar una carretera en Hanoi te puede llevar horas, aquí la única ley que impera es la del más fuerte así que si visitáis Hanoi tomaros con calma eso de cruzar una carretera, por vuestro propio bien.
Nuestra segunda parada fue al Mausoleo de Ho Chi Minh. Es imposible hablar de este hombre sin mencionar la Guerra de Vietnam así que haremos un poco de historia. Desde el siglo XIX Francia controlaba Vietnam y otros países del sudeste asiático pero durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses habían expulsado a los franceses de allí. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial en 1945 los franceses decidieron volver, pero como pasó en otros países de Asia ya era demasiado tarde. Los pueblos querían su independencia y las metrópolis europeas habían demostrado su debilidad durante el conflicto (sobretodo Francia y Gran Bretaña). Así que a Francia no le quedó más remedio que reconocer la independencia de Vietnam, pero rápidamente entraron en conflicto cuando Ho Chi Minh, un líder comunista, se hizo con el control del país ya que éste se negaba a llegar a los acuerdos comerciales que Francia entendía como favorables para su metrópolis, el conflicto estaba servido. Francia se hizo fuerte en el sur bajo un gobierno títere conocido como Vietnam del Sur. Por supuesto la URSS dio apoyo logístico a Vietnam del Norte. Contra todo pronóstico y a pesar de las torturas y atrocidades cometidas por los franceses en tierra vietnamita fueron humillantemente derrotados batalla tras batalla.
El »tío Ho» fue el líder comunista revolucionario que dirigió las tropas de Vietnam del Norte para vencer sobre el Vietnam del Sur e instaurar una república socialista en Vietnam, después de echar a los franceses allá por 1954. Pero los EEUU no iban a permitir que en plena Guerra Fría el sudeste asiático se volviera comunista así que decidió dar todo su apoyo a Vietnam del Sur para combatir a Vietnam del Norte y las guerrillas comunistas del sur conocidas como Vietcong. Así empezaba la famosa Guerra de Vietnam, un largo conflicto armado de los más sangrientos que representa un capítulo más dentro del gran conflicto conocido como la Guerra Fría. Para resumir mucho este conflicto que seguro que habéis visto en miles de películas, EEUU perdió la guerra, la primera y única guerra que ha perdido hasta ahora. Tuvo que poner pies en polvorosa y salir pitando del país asiático mientras que un Vietnam del Norte comunista y unas tropas irregulares formada por campesinos, mujeres e incluso niños se hicieron con Vietnam del Sur. La imagen de los últimos americanos saliendo en helicóptero a la desesperada de la embajada de los EEUU en Saigón, dió la vuelta al mundo y todavía hoy sorprenden. Por ello Ho Chi Minh representa el padre de la nación, la persona más importante de la República Popular de Vietnam y mientras siga siendo comunista seguirá siendo toda una referencia para todos los vietnamitas.
El caso es que como buen líder comunista a su muerte en 1969 se decidió momificar su cuerpo para luego una vez vencida la guerra (cabe recordar que Ho Chi Minh murió antes de acabar el conflicto) exponerlo en un gran mausoleo. La idea no es para nada nueva, viene de la URSS cuyo primer líder Lenin, fue momificado y expuesto en la Plaza Roja de Moscú y aún se puede visitar. De hecho hay como mínimo 5 o 6 momias de líderes comunistas, Lenin, Stalin (aunque fue enterrado posteriormente en contra de su voluntad), Ho Chi Minh y Mao Tse Tung más alguno de los líderes de Corea del Norte. El edificio que alberga los restos mortales de Ho Chi Minh es una clara imitación al mausoleo de Lenin aunque tiene más altura.
Solo se puede visitar por dentro por las mañanas, nosotros decidimos ver por fuera el edifico pero no entrar, el año anterior habíamos estado en Moscú y ver a Lenin si me despertaba interés, pero no tenía especial curiosidad por ver a Ho Chi Minh ni tampoco en su día cuando visitamos Pekín, a Mao Tse Tung, éste último uno de los grandes asesinos de la historia de la humanidad.
El Mausoleo está rodeado por grandes avenidas y un parque muy grande que merece la pena visitar, se puede pasear tranquilamente por la zona durante un par de horas.
Por la noche fuimos a visitar el Teatro de Marionetas, muy cerca de la zona turística, es una guirilada porque cuando vas allá no hay ningún vietnamita pero bueno cabe decir que tenía su gracia.
Durante los siguientes días visitamos otros parques y localizaciones de Hanoi como son:
–El Lago Hoan Kiem, un precioso parque con un gran lago situado en mitad de Hanoi, permite escapar de la locura de Hanoi con su ruido, sus motos y su suciedad.
–Pagoda del Pilar único, está un poco escondida cerca del mausoleo de Ho Chi Minh, nosotros no lo sabíamos así que tuvimos que volver al mausoleo para encontrarla.
-Catedral de Hanoi, hecha por los franceses a imagen y semejanza a la Notre Dame de Saigón.
-Ciudadela de Hanoi, considerada desde 2010 como patrimonio de la humanidad por la Unesco. La torre fue construida en 1812 y la bandera que hondea representa la liberación de la ciudad del yugo francés en 1954.
-La casa de Ho Chi Minh, cerca del palacio presidencial, aquí pondrán ver la humilde morada donde pasó los últimos años de vida el líder revolucionario.
–El mercado Dong Xuan, una auténtica locura este mercado cubierto, se puede encontrar de todo pero la comida es el tesoro mejor guardado, no dejes de visitarlo. Recuerda regatear, aquí es casi una obligación. 🙂
En definitiva la capital de Vietnam tiene mucho que ofrecer, quizás no sea el destino soñado cuando piensas en visitar Vietnam, pero por lo menos dos o tres días de visita son recomendables. Además puedes utilizar Hanoi como punto desde el cual desplazarte a Sapa en el Norte o a Halong Bay en la costa. También hay una excursión a las afueras muy recomendable a la Pagoda del Perfume, que nosotros tuvimos que descartar por falta de tiempo ya que tienes que dedicarle un día entero.