Saigón, Cu-Chi y Templo Cao Dai

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La antigua Saigón (actualmente Ciudad de Ho Chi Minh) aún guarda parte del encanto colonial con muchos edificios construidos por los franceses. Mezcla de pasado y presente, esta bulliciosa ciudad representa la gran ciudad del sur de Vietnam, además desde aquí se pueden realizar unas cuantas excursiones interesantes.

Saigón es diferente a Hanoi, la segunda tiene un marcado tono oriental y además se hace evidentemente que fue desde un principio territorio comunista a partir de la marcha de los franceses. En cambio Saigón es todo lo contrario, tiene un marcado tono occidental y paseando por el centro de la ciudad se puede apreciar fácilmente su pasado colonial, además aquí estaba situado el cuartel general de los Estados Unidos y también de Vietnam del Sur.

Pasear por el centro de la ciudad nos da una visión de lo más destacable de Saigón. Sus enormes parques, el Palacio de la Reunificación de Vietnam, la  oficina de correos con un claro toque colonial y un centro económico más moderno donde se pueden encontrar restaurantes y locales a la última tanto en diseño como en tecnología. Además desde Saigón se pueden realizar algunas excursiones interesantes como visitar la zona de combate de Cu-Chi, el Templo de Cao Dai y si dispones de más tiempo pasar unos días en el Mekong.

La oficina de correos nos gustó especialmente, fue construida en el siglo XIX por Eiffel, el mismo que construyó la famosa Torre Eiffel de París. Dentro podrás observar un gran cuadro de Ho Chi Minh que preside la oficina, reinando en una arquitectura colonial francesa preciosa y que poco ha cambiado desde entonces. Entrar a dentro de la oficina nos invita a dar un viaje en el tiempo, te puedes sentar un buen rato y mirar los mapas antiguos que cuelgan en las paredes,  mientras observas la puesta en escena de este enorme edificio, merece la pena.

También hay una iglesia cristiana conocida como la Catedral de Notre Dame en Saigón. Fue construida también por los franceses en el siglo XIX y durante mucho tiempo ostentó el récord  de ser el edificio más alto de la ciudad, actualmente ese honor le corresponde a un rascacielos enorme llamado Bitexco. Una estatua de la Virgen María esculpida en Roma en 1959 preside la entrada, la Virgen pretende simbolizar los deseos de paz de un país que ha sufrido a lo largo de su historia terribles y sangrientas guerras.

En el mismo centro de la ciudad, se puede visitar el Museo de la Guerra de Vietnam donde podrás observar piezas de artillería, armamento y vehículos de guerra de toda clase. Me impactó especialmente las cartas que algunos militares americanos enviaron a los vietnamitas para pedir perdón. Hay que tener en cuenta que es la forma de relatar la guerra de charlie, un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados ya que normalmente solo vemos la Guerra de Vietnam a través de los ojos americanos aunque sea para criticarla.

El mercado de Ben Thanh también es una visita obligada para todo aquél que visite la ciudad, allá podrá encontrar de todo prácticamente, vestidos, ropa, joyas e incluso artículos para nuestras mascotas. Al caer la noche sobre las 18:00h, en el exterior del mercado se monta otro mercado con muchos puestos de comida donde uno puede volver a degustar una vez más la sana y riquísima comida vietnamita. Este mercado esta algo alejado del centro pero como ya hemos comentado, es una visita muy recomendable.

La zona turística donde se hospedan la gran mayoría de turistas, incluidos nosotros porque es donde hay mejor oferta hotelera nos dejó algo desconcertados. Se trata de un conjunto de calles bulliciosas que prácticamente te obligan a caminar por la carretera. Cabe decir que no todo es negativo en esta zona, tiene muchas tiendas donde puedes comprar miles de artículos interesantes. La zona está llena de vida, guiris comprando motos para viajar por su cuenta en Vietnam, restaurantes hasta altas horas, autocares que salen hacía todo tipo de direcciones y agencias de excursiones que no descansan en ningún momento. Pero por las noches el espectáculo puede llegar a ser dantesco, la zona se convierte en un centro de fiesta y desfase donde la droga, la prostitución y las peleas parecen ser el pan cada día. Nosotros lo visitamos porque nuestro hotel estaba allí mismo y por la noche salimos a tomar algo por la zona, hay muchísimos turistas tomando mojitos con un agua que seguro que no reúne los estándares sanitarios adecuados. Mientras te tomas tu copa sentado en un pequeño taburete rodeado de otros extranjeros, ves desfilar toda clase de personas. Me impactó especialmente un niño de no más de 10 años que se introducía una substancia inflamable en la boca y hacía salir fuego, era triste porque esos niños deberían estar durmiendo para asistir al día siguiente al colegio y no entrar dentro del show turístico, pero cuando uno visita este tipo de países sabe que no siempre le va a gustar lo que verá.


 

Como ya dicho se pueden hacer unas cuantas excursiones interesantes desde la misma Saigón, nosotros contratamos un pack que nos llevaría a visitar el Templo de Cao Dai y Cu-Chi.

El Templo de Cao Dai, es la sede central de una secta propia del lugar con características únicas, una mezcla de cristianismo, budismo e hinduismo. Esta religión nació en 1926 y sus devotos viven allí. Aceptan la presencia de visitantes a cambio de una importante suma de dinero que les ayuda a poder mantener su organización. Nos pareció curioso pero tanto Susana como yo coincidimos que todo parecía muy artificial, muy preparado para el visitante. Cuando llegamos oficiaron una especie de misa y la puesta en escena fue muy teatral, aunque entretenida.

El plato fuerte fue la visita a los túneles de Cu-Chi, una zona de combate real en mitad de la jungla entre americanos y vietnamitas. Los vietnamitas vivían escondidos en túneles en mitad de la jungla desde los cuales tendían emboscadas a los americanos haciendo así una guerra de guerrillas. El centro está muy bien preparado para su visita y uno puede hacerse la idea de la dureza del combate. Se pueden observar las trampas con pinchos enormes que aguardaban a los americanos y también los escondites en mitad de la jungla camuflados entra hojas y matorrales. Desde estos escondites aparecían soldados del Vietcong con metralletas que disparaban a los americanos.

El punto más interesante quizás fue poder entrar en los túneles, unos túneles adaptados para los extranjeros que visitamos la zona. Aunque siguen siendo muy claustrofóbicos, yo me metí dentro pero Susana que es más sensata, decidió no meterse. Los túneles son enormes, muy largos y tenían zonas comunes y dormitorios. Acogían a miles de vietnamitas, familias enteras vivían dentro de estos hormigueros humanos. Evidentemente el recorrido está preparado para los turistas aunque sigue siendo muy agobiante. Es mucho más corto y tiene salidas de emergencia por si no puedes soportar el agobio, tienes que avanzar en cuclillas y sientes el peso de la tierra encima tuyo, estuve apunto de no entrar pero cuando vi que se metía un animado escocés dije »que diantre» y le seguí. El mismo escocés, superó el reto de levantar 20 veces el cañón de un tanque abandonado en mitad de la jungla, fue toda una proeza porque levantar una sola vez el cañón ya cuesta lo suyo.

Finalmente podías pagar para disparar armas con munición real, mucha gente acude a Cu-Chi para realizar esta práctica, se descarga un cartucho que acabas enseguida y lo pagas a precio de oro. A mí eso de empuñar un arma no me atraía en absoluto así que pasamos olímpicamente de realizar prácticas de tiro. Cabe decir que toda la visita se realiza con un guía (en inglés) que os relatará aspectos interesantes de la guerra y para que servía todo lo que vais observando. Personalmente nos gustó mucho esta visita y creo que es interesante para toda clase de público.

 

 

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